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Granizado de limón, canela y hierbabuena |
El granizado es la bebida oficial de los días calurosos de verano. A quién no le apetece llegar a la piscina, sentarse en la orillita y tomarse un refrescante granizado.
Los podemos encontrar de diversos sabores, lima-limón, fresa, café, horchata... Pero a mí el que más me gusta es el preparado en casa. Ese que te tomas fresquito por la tarde en la terraza o por la noche antes de irte a dormir.
Este granizado de limón que he preparado queda especialmente refrescante gracias al ingrediente añadido que es la hierbabuena (o menta en su defecto).
Por suerte para mí, cuento con un jardín en el que cultivo toda clase de hierbas aromáticas, y por supuesto no podía faltar la hierbabuena ni la menta. Son plantas que crecen todos los años. En invierno mueren y en primavera vuelven a brotar llegando a ser espléndidas. Son plantas que cada vez ocupan más espacio en el jardín. Se reproducen con mucha facilidad.
Es bueno tener plantas de este tipo en los jardines y huertos con árboles frutales porque atraen a los insectos, especialmente a las abejas, de forma que favorecen la polinización de las plantas.
Para hacer más atractivo el granizado de limón lo he teñido de amarillo con unas gotas de colorante líquido alimentario amarillo. Os sugiero que si váis a realizar granizado de otros sabores tipo sandía o melón, utilicéis colorante rojo o verde para darle un mayor atractivo y resulte de lo más apetecible.
Ingredientes:
4 limones
350 gr. azúcar
1 l. agua mineral
1 ramita de canela
hojas de hierbabuena o menta
colorante amarillo
Pasos a seguir:
Infusionar durante 5 minutos la piel de 4 limones y una ramita de canela con el agua mineral y el azúcar.
Agregar el zumo de 4 limones y las hojas de hierbabuena limpias.
Probar el dulzor necesario y colar. Para darle ese color amarillo le he puesto unas gotitas de colorante amarillo líquido apto para cocinar. Verter en un tupper y dejar enfriar.
Meter al congelador durante 1 hora. Sacar y remover rompiendo el hielo. Volver a congelar de nuevo durante una hora más. Volver a sacar y repetir la operación por tercera vez. De esta manera cuando quieras tomarlo, lo sacas del congelador diez minutos antes para que tenga una textura granizada, y no se haya convertido en un auténtico bloque de hielo duro imposible de servir.
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