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Albóndigas de sepia y gambas en su tinta |
Estas albóndigas de sepia y gambas quedan muy jugosas por dentro. Tienen una textura muy suave. Son unas albóndigas muy tiernas y sabrosas.
La tinta de sepia o calamar es fácil de conseguir. La venden en todos los supermercados en la sección de congelados. Lo cierto es que generalmente afea la estética de los platos, pero aporta un sabor particular, y para quienes nos gusta, excepcional.
Eso sí, la receta tenéis que prepararla un día con tiempo y ganas. Una mañana de sábado o domingo sería perfecta. Es un plato laborioso, pero su resultado bien merece la pena.
Ingredientes para 4 o 5 personas:
Para las albóndigas
600 gr. sepias pequeñas cortada en trozos y bien escurrida
400 gr. gambas peladas
1 huevo
1 diente de ajo
1 rebanada de pan de molde remojada en leche
perejil fresco picado
sal y pimienta blanca
harina para rebozar.
Para la salsa
1 cebolla
1 diente de ajo
dos hojas de laurel
1 sobre de tinta
un puñado de guisantes
1 guindilla
perejil fresco
caldo de pescado
vino blanco
Patatas fritas para acompañar o bien patatas chascadas en trozos para añadir al guiso
Pasos a seguir
En primer lugar cortaremos la sepia en trozos menudos y la pondremos en la picadora. Haremos una especie de masa de sepia.
A continuación las gambas, que queden solo un poco picadas, no una masa como la sepia.
En un bol mezclaremos todos los ingredientes. La sepia y las gambas, con el pan remojado en leche y bien escurrido, un ajo muy picadito, el huevo, el perejil, y salpimentamos bien.
Ponemos una sartén antiadherente aceite a calentar.
Ponemos un plato con harina para rebozarlas y otro con papel absorvente para ir sacando las albóndigas y escurrirlas del exceso de aceite.
Con una cuchara de palo vamos cogiendo cucharadas de la mezcla y con las manos enharinadas vamos formando bolitas y rebozándolas en harina con cuidado y con suavidad. Están muy blanditas, pero salen bien.
Las vamos depositando en el aceite caliente hasta dorarlas. Las reservamos.
Ahora pondremos una cazuela una parte de este aceite utilizado para freir las albóndigas. Sin impurezas. Pondremos a pochar la cebolla y a continuación el ajito picadito. Sazonamos.
Añadiremos un poco de vino blanco y dejaremos evaporar el alcohol. Añadimos un poco de caldo de pescado y dejamos dentro las albóndigas. Pondremos unas hojas de laurel, el puñado de guisantes y una guindilla.
Cuando estén hechas añadimos un poco de tinta a la salsa y la dejamos reducir unos minutos.
Mientras tanto podemos freír unas patatas en el resto de aceite que habíamos colado, o bien, si queremos podemos haberlas guisado con el caldo anterior junto con las albóndigas. Lo que más nos apetezca.
Y veréis como en casa os hacen la ola, porque ¡están de muerte!
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